lunes, 15 de junio de 2015

SIGLO DE LA RAZÓN Electricidad


SIGLO DE LA RAZÓN
Electricidad


Siete siglos antes de nuestra era, la ya familiar capacidad mental de Tales de Mileto, especulaba sobre las atracciones de que eran objeto algunos cuerpos livianos por parte de una varilla de ámbar previamente frotada. Nada hacia suponer entonces que con el tiempo se llegaría a tener un conocimiento tan basto y profundo sobre una de las manifestaciones de la fuerza electromagnética: la electricidad.
William Gilbert (1544 – 1603) en Gran Bretaña, en el comienzo de la revolución científica fue quien desempolvó las observaciones de Tales y quién además diferenció en forma cualitativa las dos manifestaciones del electromagnetismo.Realizó un estudio de los imanes para mejorar la brújula empleada en navegación. Fue el primero en utilizar el término griego para ámbar, “elektron”, Sin embargo, en esta primera etapa de estudio, la electricidad y el magnetismo fueron consideradas como dos fuerzas completamente diferentes. En seguida, el interés por el estudio de los fenómenos eléctricos recibió su impulso definitivo de manos de un hombre no menos interesante, Otto von Guericke (1602 - 1686) el conocido alcalde de Magdeburgo. En 1663 von Guericke ideó la primera máquina para electrizar. Esta primera máquina electrostática consistía de una esfera de azufre, a la que se hacía girar y rozar con la mano; Newton sugirió usar un balón de vidrio en lugar del de azufre. F. Hawksbee mejoró el diseño básico.
Varios diseños por distintos investigadores se produjeron en la primera mitad del siglo. Para 1784, la máquina de van Marum podía producir electricidad positiva o negativa. Ese mismo año, construyó un máquina electrostática muy grande, de gran calidad, hoy en el museo Teylers de Holanda.
Previamente Stephen Gray (1669 – 1736) en Gran Bretaña y Charles Francois Du Fray (1698 - 1739) en Francia, hicieron sus respectivos aportes al entendimiento de la Electricidad hacia el final del siglo XVII, el primero recordado por el descubrimiento del fluido y la conducción eléctrica y Du Fray por su parte, por enunciar la existencia de dos tipos de fluido eléctrico a los que denominó vítreo y resinoso debido al tipo de sustancias que, respectivamente mejor los transportaba.
En 1745 s Se desarrolla lo que daría paso al Condensador Eléctrico, la botella de Leyden por E. G. Von Kleist (1700-1748) y Pieter Van Musschenbroeck (1692-1761) en la Universidad de Leyden, con esta botella se almacenó electricidad estática.
Benjamin Franklin (1706 – 1790), estadounidense, a mediados del siglo XVIII, desarrolló la teoría de que la electricidad es un fluido que fluye desde donde hay más, positivo, a donde hay menos, negativo, dando origen a dos tipos diferentes de electricidad, ya mencionados por Du Fray. Por ese tiempo conmovió al mundo científico y no científico de la época con sus experimentos y conclusiones acerca de los truenos y relámpagos de las tempestades al demostrar que los rayos son descargas eléctricas; e inventó el pararrayos.
La electricidad se presentaba entonces como un apetitoso manjar para el cerebro y así lo entendió Charles Agustin Coulomb (1736 – 1806), francés. Este científico en 1785, luego de trabajar con esferas cargadas eléctricamente en una balanza de torsión, públicamente postuló la existencia de una relación de proporcionalidad directa entre la fuerza eléctrica y el producto de las cargas y otra inversa entre la fuerza y el cuadrado de la distancia; estas relaciones habían sido descubiertas varios años antes por Joseph Priestley pero dadas las especiales características de este personaje no fueron muy aceptadas.
El entusiasmo generado por el desarrollo de la electricidad, significó que esta se convirtiera en una de las herramientas más utilizadas para la experimentación y fue de esta manera como Cavendish también en el año 1785, hizo uso de la electricidad haciendo saltar una chispa en el aire, logrando así obtener algunos compuestos y casi que descubrir ciertos gases nobles como el Argón.
El físico italiano Luigi Galvani (1737 – 1827) realizó un monumental estudio de la electricidad en los seres vivos; en 1780, cuando diseccionaba una rana inmovilizada por un gancho de bronce, tocó el anca con su bisturí de acero y el anca se encogió. Galvani atribuyó la contracción al anca misma, y la llamó, “electricidad animal”.
Su colega y amigo Alessandro Volta (1745 – 1827), interpretaría el fenómeno como resultado del contacto de los dos metales en un medio húmedo; comenzó a experimentar para probar su hipótesis y en 1800 inventó la primera batería verdadera a la que llamó Pila Voltaica. Ésta consistía de pares de discos de cobre y zinc apilados uno encima de otro, separados por cartón empapado en salmuera (agua salada), capaz de producir corriente continua. Volta lo expuso ante la Royal Society el 20 de marzo de ese mismo año. Este invento le representó fama y reconocimiento al tiempo que se hizo imprescindible en el laboratorio de cualquier investigador, bien fuera médico, físico o químico.
A pesar de varias deficiencias, como el chorreo de la salmuera o la corta duración de la batería – una hora a lo sumo – la batería produjo corriente eléctrica continua que hizo posible muchos nuevos experimentos y descubrimientos.
Entre los primeros en utilizar la pila de Volta a fin de estudiar la naturaleza de la materia fue William Nicholson (1753 – 1815) y William Nicholson en Gran Bretaña; sus experiencias se hallan consignadas en la obra que publicó bajo el título "Diccionario de Química práctica y teórica" donde se destaca principalmente su experimento de la electrólisis del agua en el cual haciendo uso de una pila de Volta, introdujo dos electrodos conectados a ésta en agua con la consecuente separación de Hidrógeno y Oxígeno. Esto sucedía solamente tres meses después de que Volta, el genio italiano de la electricidad, realizara su invento; indudablemente la eficiencia de la comunicación oportuna de los inventos y descubrimientos estaban haciendo que el hombre presionara, cada vez con más fuerza, el acelerador del progreso en la inmensa autopista de la Ciencia.

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