EL SIGLO DE LAS LUCES
Galileo Galilei: Dos Sistemas del Mundo
EL CONFLICTO DE GALILEO CON LA IGLESIA
La importancia del enfrentamiento de Galileo con el papa y la Inquisición radica en que, desde entonces, se ha considerado que ciencia y religión son incompatibles, cuando de hecho, la ciencia nunca estuvo en el banquillo y fue más un conflicto de personalidades e intereses ajenos al problema astronómico, que una valoración juiciosa de la nueva ciencia.
Galileo alcanzó gran reconocimiento en Florencia, donde es nombrado, de por vida, ‘Matemático en Jefe de la Universidad de Pisa y Filósofo y Matemático del Gran Duque’ de Toscana. En medio de una controversia, encuentra el respaldo del cardenal Maffeo Barberini quien actúa como uno de los protectores de Galileo. La Academia dei Lincei, a la que ha sido elegido como miembro, publica sus cartas sobre las manchas solares y en 1613, escribe una larga carta al dominico Benedetto Castelli, estudiante suyo y profesor de matemáticas en la universidad de Pisa, defensor del sistema de Copérnico; en la carta, expresa sus puntos de vista sobre ciencia y las sagradas escrituras. Galileo dice: “Las Sagradas Escrituras y la Naturaleza proceden por igual de la Palabra Divina... Dios se nos manifiesta en las acciones de la Naturaleza no menos admirablemente que en el lenguaje de las Sagradas Escrituras”. Estas opiniones son similares a ideas panteístas, una de las herejías por las que Giordano Bruno, contemporáneo de Galileo, había sido quemado en la hoguera en 1600.
En Roma, en un principio no parece haber una oposición abierta contra Galileo, como lo atestigua el que, en 1611, los jesuitas Christoph Scheiner y su estudiante Johann Baptist Cysat observaron las manchas en el Sol, y el Cardenal Roberto Bellarmino, jesuita, encarga a los matemáticos del Colegio Romano, verificar los descubrimientos celestes de Galileo; los jesuitas honran a Galileo con un banquete donde Odo van Maelcote da una conferencia sobre sus descubrimientos. En 1614, en Florencia, el dominico Tommaso Caccini predica un sermón contra Galileo y los matemáticos que apoyan la visión copernicana, como herejes. El año siguiente, el fraile dominico Niccolo Lorini acusa por escrito a Galileo ante la Inquisición por sus puntos de vista sobre el sistema de Copérnico, incluyendo la carta a Castelli, donde Galileo afirmaba:
“Si bien la Escritura no puede errar, puede no menos errar alguno de sus intérpretes… cuando quiere reafirmar el significado puro de la palabra”.
Galileo viaja a Roma a defender sus ideas, y a comienzos de 1616, publica su teoría de las mareas, que afirma, prueban el movimiento de la Tierra. Casi simultáneamente, un comité de consultores declara ante la Inquisición que las afirmaciones de que el Sol es el centro del Universo y que la Tierra gira a su alrededor, no solo son absurdas filosóficamente sino son erróneas teológicamente.
Por órdenes del papa Pablo V, el cardenal Bellarmino cita a Galileo y le advierte que no debe defender la teoría de Copérnico. Un versión sin firma que aparece en 1633, agrega que se le prohibió, además, a Galileo, discutir la teoría por palabra o por escrito. Un mes más tarde, el libro de Copérnico se incluye en la lista de libros prohibidos. Luego de una audiencia de Galileo con el papa, una carta de Bellarmino atestigua que Galileo no ha sido juzgado ni condenado por la Inquisición.
Un incidente de 1618 refleja la actitud prudente adoptada por Galileo. Orazio Grassi, profesor de matemáticas en el Colegio Romano de los jesuitas, da una conferencia sobre tres cometas observados en octubre y noviembre y su localización, que se publica con el título, Sobre Tres Cometas del Año MDCXVIII. Un Debate Astronómico Presentado Públicamente en el Colegio Romano de la Compañía de Jesús por uno de los Padres de la misma Compañía. Uno de los estudiantes de Galileo, no él mismo, argumenta contra la interpretación del jesuita en la Academia Fiorentina, de la que Galileo es nombrado Cónsul, en 1621. Para la época, el cardenal Maffeo Barberini compone un poema en honor de Galileo.
Ese año, muere el papa Pablo V, lo sucede Gregorio XV, quien muere en 1623 y el amigo y protector de Galileo, el cardenal Maffeo Barberini, es elegido papa con el nombre de Urbano VIII. Ese mismo año muere el Gran Duque de Toscana, Cosme II, y le sucede Fernando II, de solo 11 años, por lo que reina bajo la regencia de su abuela, Cristina de Lorena y su madre, Maria Magdalena de Austria. Subirá al trono en 1628. Un texto de Galileo, El Ensayista, dedicado al papa Urbano VIII, se publica en Roma bajo los auspicios de la Academia dei Lincei. Después de seis audiencias con el papa y varios cardenales, a Galileo se le asegura que puede escribir sobre la teoría de Copérnico mientras la trate como una hipótesis matemática. Galileo inicia la revisión de su texto sobre las mareas que se convertiría en Diálogo sobre los Dos Principales Sistemas del Mundo, que sería publicado en 1632, luego de haber recibido aprobación de los censores en Roma y un acuerdo entre el Gran Duque Fernando II y el secretario del Vaticano para la impresión del Diálogo, aprobado por la Inquisición de Florencia.
El libro causó un enorme revuelo. Para discutir el tema del sistema planetario, Galileo presenta un diálogo entre tres personajes: Salviati, quien expone el punto de vista de Galileo, defiende el sistema de Copérnico; Sagredo, un aliado de Galileo y que aparenta tener una posición neutral; y Simplicio, profesor aristotélico, un tanto estúpido, que defiende el sistema de Ptolomeo, y por ende, los argumentos del papa mismo.
En el verano, el papa Urbano VIII prohíbe la distribución y nombra una comisión para examinar el libro, la que recomienda enviar el caso a la Inquisición. El papa mismo preside la reunión de la Inquisición en la que se decide citar a Galileo en Roma. Galileo solicita que el juicio se realice en Florencia debido a encontrarse muy enfermo para viajar, pero la Inquisición, presidida por Urbano VIII, la rechaza y ordena que si no viene a Roma voluntariamente, será arrestado y traído en cadenas.
Desde febrero de 1633 se inicia el interrogatorio formal, detenido en el edificio de la Inquisición y amenazado con tortura. Una comisión encargada de examinar el Diálogo, entrega su informe y se llega a un acuerdo de aceptar culpabilidad de cargos menores para recibir una sentencia menor: haber desobedecido la orden de 1616 de no defender ni de palabra y ni por escrito, el sistema de Copérnico. El documento presentado para sustentar el cargo, sin firma, parece apócrifo. El 30 de abril, Galileo confiesa que ha defendido el sistema de Copérnico en su Diálogo y ofrece refutarlo. En junio, la Inquisición, bajo amenaza de tortura, juzga a Galileo, quien es condenado por el papa a prisión perpetua. En una ceremonia formal en la iglesia de Santa Maria Sopra Minerva, Galileo abjura de sus creencias. Se le permite retornar a su villa de Arcetri, cerca de Florencia donde permanecerá bajo arresto domiciliario por el resto de su vida. Su libro fue colocado en el Índice de libros prohibidos junto con el de Copérnico y uno de Kepler, hasta finales del siglo XIX.
Parece claro que el conflicto de Galileo se reduce a una reacción violenta del papa ante el talante despectivo y arrogante de Galileo. Hay quien opina que el papa se sintió reflejado en el Diálogo por el personaje de Simplicio, lo que le ofendió. El 31 de octubre de 1992, con motivo del 350º aniversario de la muerte de Galileo, el papa Juan Pablo II comentó:
“El caso Galileo era el símbolo del pretendido rechazo, por parte de la iglesia, del progreso científico, y del oscurantismo dogmático, opuesto a la libre búsqueda de la verdad. Una trágica incomprensión recíproca ha sido interpretada como el reflejo de una oposición inherente entre la ciencia y la fe. La clarificación que aporta el reciente estudio histórico permite ahora afirmar que tal doloroso malentendido pertenece al pasado”.Para leer sobre el juicio, abjuración y condena de Galileo, ver http://www.cronologia.it/mondo42f.htm
Visite el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York1500-1565: La Contrarreforma1519-1598: Las Guerras de Religión
1534: Ignacio de Loyola (1491-1556) funda la orden jesuita
1536: Desiderius Erasmo, de Rótterdam, publica su Nuevo Testamento en griego.
1536-1541: Michelangelo pinta el Juicio Final en la capilla Sistina
1545-1547: Primera sesión del Concilio de Trento
1552: El jesuita Francisco Javier, misionero, el “Apóstol de las Indias”
1553: Los jesuitas fundan la Pontifica Universidad Gregoriana en el Vaticano.
1555: La Paz de Augsburgo establece que la fe de cada estado la determina su gobernante.
1558: Carlos V abdica a favor de Felipe II en España y Fernando I como emperador del imperio Habsburgo, quien traslada su capital a Viena.
1564: Termina el concilio de Trento
1576: Rodolfo II, hijo de Maximiliano II (r. 1564 – 1576), elegido emperador del Sacro imperio, establece su corte en Praga.
1582: Se adopta el calendario gregoriano
1600: El dominico Giordano Bruno es quemado en la hoguera.
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